El Consorcio de Santiago acaba de adjudicar la redacción del Plan Director del Pazo de Raxoi a la Unión Temporal de Empresas Ezcurra e Ouzande Arquitectura & Redondo, Valladares y Rodríguez Arquitectos; por un importe global de 102.124 euros.

El arquitecto de la Oficina Técnica del Consorcio responsable de este proyecto es Xosé Allegue. Explica que, fruto de un convenio con el Ayuntamiento de Santiago, se va a redactar el Plan Director de todo el edificio. “Será el documento guía para la adecuada conservación, restauración y sostenibilidad del monumento, a partir del estudio y conocimiento en detalle del bien, así como de su relación con el entorno” -indica-.

El arquitecto destaca que el Plan se redacta con dos finalidades básicas. Por un lado, facilitar un estado de conservación y mantenimiento adecuado al valor patrimonial del edificio de uso civil más importante de la ciudad, declarado Bien de Interés Cultural desde 1912, favoreciendo la ejemplaridad desde un Ayuntamiento que es un referente en políticas de regeneración de su ciudad histórica. Y, por el otro, mejorar las condiciones de trabajo de los funcionarios municipales, del Consello da Cultura y de la Consellería de Presidencia.

El Plan establecerá las pautas de restauración en función de un estudio previo exhaustivo del inmueble. Se fijará un plan de usos de los espacios disponibles. Se diagnosticarán los problemas existentes como pueden ser posibles patologías de la piedra, problemas estructurales y de cubierta, presencia del gas radón, replanteo de las instalaciones…; se propondrán soluciones a los mismos y se priorizarán las intervenciones a través de un plan de actuaciones e inversiones. Además, se preverán las actuaciones de rehabilitación, reestructuración parcial y valoración arquitectónica compatibles con la protección del edificio.

El documento debe incluir una descripción pormenorizada del edificio, de su composición física, constructiva y arquitectónica, de su estado de conservación y de las patologías que le afectan. También recogerá un análisis crítico de su valor cultural y de su contenido, un análisis del edificio en el entorno urbano en el que se emplaza, junto con un estudio pormenorizado sobre la investigación arqueológica. Y se analizará de modo riguroso la eficiencia energética del edificio y de sus instalaciones, así como su accesibilidad física, de cara a realizar propuestas para su mejora.